Foto: REUTERS / Leonhard Foeger
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El fondista etíope Derara Hurisa arribó primero entre los 26.000 competidores del Maratón de Viena en Austria tras correr 42 kilómetros en 2h09m22s pero fue descalificado por utilizar zapatillas deportivas con una suela de cincuenta milímetros, diez más del límite máximo permitido por la Word Athletics, la federación internacional de atletismo que impuso pautas para contrarrestar los avances tecnológicos que constituyen una ventaja competitiva.
Calzado con un modelo Adidas Adizero Prime X, Hurisa fue despojado de su victoria que pasó a manos de su escolta, el keniata Leonard Langat, quien cruzó la meta apenas tres segundos después cronometrando 2h09m25s para estos 42K cuyo podio tuvo a su compatriota Betesfa Getahun y el keniano Edwin Kosgei en segundo y tercer lugar con 2h09m42s y 2h10m10s respectivamente.
Más allá de la polémica, el récord del circuito de la capital austríaca no estuvo en peligro ya que ningún corredor se acercó a las 2h05m41s que registró el etíope Getu Feleke cuando conquistó la edición 2014.
Si bien los jueces fiscalizaron el calzado una vez finalizada la competencia cuando usualmente se chequea previo a la largada, anularon el triunfo de Derara Hurisa en cumplimiento de las reglas vigente que protegen “la integridad del deporte” ante las mejoras tecnológicas de las zapatillas de carbono.
“Desde el año pasado rige una nueva norma que establece ciertas limitaciones para el tamaño de las suelas de las zapatillas de running, cumplimos con la reglamentación vigente”, explicó el director del Maratón de Vienna 2021, Hannes Langer, en declaraciones formuladas a la televisión pública austríaca ORF.
Entre las mujeres se impuso la keniata Vibian Chepkirui con 2h24m29s seguida de la etíope Meseret Dinke con 2h25m31s mientras su compatriota Gelete Burka arribó tercera con 2h25m38s.