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(*) por Ernesto Rodríguez III
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Por problemas económicos se anuló la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 ya que el Comité Organizador consideró un gasto excesivo los 15 millones de pesos que estaban pautados. Sí se hará el acto de apertura en el Obelisco con un desembolso de casi 200 millones de pesos pese a que encendió alarmas por la seguridad de los deportistas.
El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de la Juventud (YOG por su sigla en inglés) de Buenos Aires 2018 se enfrenta a múltiples problemas fuera de programa, muchos de ellos debido a limitaciones logísticas o financieras. Tal es el caso de las Ceremonias de Apertura y Clausura.
La falta de un estadio que cumpla los requisitos que establece el Comité Olímpico Internacional (COI) y la televisión para cubrir a pleno un espectáculo de tal magnitud, obligó a generar un plan B que fue vendido con bombos y platillos en la sesión anual del COI que se realizó en septiembre pasado en la ciudad peruana de Lima.
Presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) y máximo responsable del comité organizador, Gerardo Werthein presentó la propuesta de realizar un desfile en plena Avenida 9 de Julio, al pie del Obelisco, para atraer a medio millón de espectadores, un concepto nunca visto en la inauguración de un evento olímpico.
Para organizar esa fiesta a celebrarse el sábado 6 de octubre próximo, el Comité Organizador –que depende monetariamente del tesoro de la ciudad de Buenos Aires– abrió una licitación que ganó la empresa Ozono Producciones (conocidos por los espectáculos de Fuerza Bruta), quienes recibirán 193,7 millones de las arcas oficiales, unos 7 millones de dólares al cambio actual.
Para tener una idea de los valores, la Unidad del Bicentenario, aquel ente creado en 2009 por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, gastó para la fastuosa y moderna celebración del Bicentenario de la Revolución a lo largo de cinco días en Mayo de 2010 en las inmediaciones de la Plaza de Mayo, unos 110 millones de pesos, casi 28 millones de dólares.
Sólo la jornada de cierre, el 25 de mayo de hace ocho años, reunió a dos millones de personas y en total se congregaron seis millones de asistentes, lo que hace un promedio de menos de 5 millones de verdes por jornada, mucho menos que lo pactado para sólo un día de celebraciones de los YOG Buenos Aires 2018.
Si bien la idea del empresario de comunicaciones generó aplausos durante la sesión en la capital peruana, los analistas de inteligencia de potencias como Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Israel consideraron de altísimo riesgo la participación de sus delegaciones en un espectáculo a cielo abierto en una amplia avenida rodeada de edificios que convertiría a deportistas, entrenadores y dirigentes en potenciales objetivos de ataques terroristas.
Debido a esto, desde el área diplomática, elevaron informales protestas mientras analizan limitar su presencia al mínimo en la apertura para salvaguardar la seguridad de su gente.
Peor suerte corrió la ceremonia de clausura pautada para el jueves 18 de octubre en el estadio Mary Terán de Weiss del Parque Roca cuya reforma se reactivó luego de tres años de inactividad y que -a raíz de múltiples errores técnicos- demandó un gasto cercano a 200 millones de pesos excediendo los 97 millones inicialmente presupuestados.
La fiesta de cierre tenía originalmente una hipótesis de inversión de 15 millones de pesos y su organizador debía conocerse a partir de una compulsa pautada por Florencia Grigera, titular de la Unidad Compras y Contrataciones de la Unidad de Proyectos Especiales Juegos Olímpicos de la Juventud, para el jueves 15 de febrero último que fue suspendida sobre la hora postergándose para el siguiente miércoles 21 de ese mes.
Sin certezas sobre la disponibilidad monetaria que tendría el Comité Organizador debido al volátil escenario económico del país y al exponencial aumento de gastos de más del 1.000% entre lo estimado en 2013 por Mauricio Macri al ganar la sede ($1.040 millones) y lo ya comprometido a comienzos de este año ($11.500 millones), la compulsa fue diferida por segunda vez, ahora casi cinco meses hasta este martes 10 de julio.
Sin embargo, no se abrieron los sobres con las propuestas. Desde la oficina de Grigera tiraron definitivamente la toalla porque no había dinero para gastar en otro espectáculo.
¿Cómo cumplirá Werthein y su equipo con el protocolo que ordena el COI para cerrar las actividades deportivas con el traspaso de la bandera de los cinco anillos a Budapest, capital húngara que será la sede de los Juegos 2022? Simplemente se hará un desfile de deportistas con un módico show de luces y sonido. Como forma de limitar los gastos logísticos, no habrá espectadores ni siquiera televisación. La fiesta se terminó (antes de empezar).
(*) por Ernesto Rodríguez III
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Licenciado en Comunicación Social y Master de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Su pluma pasó por el Diario La Nación para en 1998 desembarcar en el Diario Olé del Grupo Clarín donde en la actualidad es uno de sus especialistas en deportes olímpicos.
Cubrió tres ediciones de los Juegos Panamericanosy una de los Odesur sumado a campeonatos mundiales, torneo preolímpicos y certámenes continentales.
El Comité Olímpico Argentino lo nombró Periodista del Año 1997 y representó al país en el décimo Seminario para Periodistas Deportivos en Grecia. Entre otras obras, es autor de títulos como Libro 1 de los Juegos Odesur, Panamericanos y Olímpicos.
Todas las notas firmadas son responsabilidad exclusiva de sus autores y no representan necesariamente la opinión de quienes hacen Eldepornauta.com.
Tags: juegos olimpicos