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Ganador de media docena de títulos mundiales de su categoría de edad en el triatlón IronMan de Hawaii previo a ser sancionado por dos casos de doping, el hombre de hierro estadounidense Kevin Moats falleció a sus 67 años debido a un cáncer que los médicos le descubrieron la temporada pasada cuando el melanoma ya estaba en etapa 4.
Undecimo en la rama profesional del IronMan Hawaii de 1988, Moats estuvo cuatro décadas en el podio entre los que competían en su rango etario. Su pasión deportiva lo llevo a entrenar cotidianamente hasta cuarenta días antes de su fallecimiento cuando la enfermedad lo postró en un hospital.
Rubio y de tez blanca, su piel siempre lucía bronceada como resultado de sus horas de entrenamiento bajo el sol tanto arriba de la bicicleta como en sus sesiones de running. El melanoma cutáneo lo habría detectado su dermatólogo pero, según la prensa norteamericana, las consultas médicas se tornaron poco frecuentes durante la pandemia de Covid. “Lo que más amaba también me mató”, afirmó Moats.
En un control antidoping efectuado en una prueba previa al IronMan Hawaii 2017 donde se colgó la medalla de bronce en la franja de 60 a 64 años de edad, Kevin Moats sufrió su segundo resultado adverso por testosterona, la misma sustancia que, a mediados de enero de 2012, motivó su suspensión de las competencias organizadas por la World Triathlon Corporation (WTC) que ahora lo castigaría con ocho temporadas afuera de las pistas.
Tanto en aquella primera oportunidad como ahora seis años después, Kevin Moats alegó ser inocente aduciendo que recurrió a la testosterona suplementaria bajo supervisión médica como única forma de paliar sus problemas de salud e incluso aportó documentación que él consideró como elemento de prueba favorables a su postura.
Pese a esto, en contradicción con su argumento y especialmente en esta segunda oportunidad, Kevin Moast reconoció que jamás solicitó la denominada Exención por Uso Terapeútico, la excepción reglamentaria a disposición de todo deportista que necesita usar remedios o sustancias prohibidas para curarse de los malestares físicos comprobados antes de competir.
De acuerdo a declaraciones formuladas ante el sitio web Slowtwitch, Moats no apelará esta nueva sanción en su contra porque considera que sería malgastar tiempo y dinero en una apelación sin chances de éxito dado que la Agencia Mundial Antidoping no suele admitir una exención para consumo de testosterona, tal como le pasó hace seis temporadas pese a que suele concederse en el caso de deportistas europeos.
Para los parámetros de la Agencia Mundial Antidopaje WADA, si concentración de testosterona resulta seis veces mayor que la de la epitestosterona (T/E) se considera un caos de abuso de sustancias ya que se trata de un sobrado margen en comparación con los índices fisiológicos promedio que suelen ser de 1 a 2.