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Comenzó a correr en tercer grado de la escuela primaria, ahora entrena a diario en doble turno para representar a la Argentina en la máxima cita del atletismo mundial. Tras ganar por segunda temporada consecutiva los 10K de Quilmes, el fondista bonaerense Eusebio Moyano habló con Eldepornauta.com sobre su preparación para clasificar al maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
A sus 33 años, con 56 kilos distribuidos en 1,79 de altura que le dan un biotipo ideal para pruebas de fondo, Eusebio Moyano se consagró bicampeón de la Prueba Atlética Aniversario Ciudad de Quilmes al imponerse con 31m35s en los 10K en cuya pasada edición cronometró 31m09s.
“Esta vez me concentré en asegurarme la victoria sin enfocarme tanto en la marca, preferí cuidar el físico y reservar energías para el Medio Maratón Buenos Aires, será mi segundo 21K después de haber debutado en mayo con un quinto puesto en los 21K Asics con 1h08m, quiero acercarme a 1h07m como progresión rumbio a mi gran objetiov, quiero clasificar a los 42K de Juegos Olímpicos”, explicó quien, al igual que sus cuatro hermanos, dos mujeres y dos varones, se inició en el atletismo durante los torneos campeonatos como alumno de la escuela primaria N°30 Manuel Belgrano de la localidad bonaerense de Quilmes.
Su resistencia y velocidad, superior al resto de sus compañeros cuando trotaban para entrar en calor, convencieron a su profesor de educación física para hacerlo competir en un torneo infantil contra adolescentes.
“Debuté en una de las primeras carreras que se hicieron en la pista del polideportivo de Quilmes, me subieron de categoría, tenía ocho años y corrí contra chicos de catorce, terminé cuarto y ganó mi hermano más grande, todavía tengo el trofeo, es uno de mis recuerdos más queridos”, añadió el también campeón de 10 mil metros en la Copa de Clubes 2015 donde casi baja la barrera de los 30 minutos.
Tras un lustro como autodidacta, hace un año que Eusebio Moyano tiene como entrenador a Oscar Cortínez, ocho veces campeón argentino de maratón que corrió los 42K de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y obtuvo el título sudamericano de 21K.
“Soy auxiliar de farmacia, trabajaba diez horas diarias hasta que me la jugué entero por mi sueño deportivo, hice cursos de entrenador de atletismo IAAF y musculación, doy clases personales y grupales manejándome los horarios para meter doble turno de entrenamiento, por eso busqué al Indio Cortínez, quien evaluó mis marcas, especialmente mis tiempos recientes en 10 mil metros”, detalló Moyano, quien arribó segundo en los 8K San Silvestre Buenos Aires 2014 escoltando al olímpico Luis Molina tras superar a un histórico referente nacional como Gustavo Comba y también se colgó la medalla de bronce en Fiestas Mayas compartiendo el podio con Miguel Bárzola y Ulises Sanguinetti.
A un promedio de dos competencias mensuales ya sea en pista o calle, Moyano entrena de lunes a sábado corriendo 120 kilómetros por semana cuyos trabajos de velocidad y calidad los realiza en la pista de Quilmes mientras los fondos largos los hace por los porteños bosques de Palermo.
“Clasificar al maratón olímpico es un objetivo difícil, a mi edad sólo me quedaría Tokio 2020 al que llegaría con 35 años, sumado a las complicaciones logísticas y económicas porque todo lo banco con mi laburo ya que no tengo sponsors, estoy en desventaja porque nunca, ni siquiera ahora, me dediqué íntegramente al atletismo, no vivo del deporte, al contrario, invierto plata pero es mi pasión y me la juego entero por mi sueño, el 1° de enero comenzará el período clasificatorio para Tokio 2020, no sé donde buscaré la marca pero el circuito es lo de menos, confío en mis condiciones, quiero lograrlo en agradecimiento a mi madre y hermanos, un homenaje a la memoria de mi padre que falleció este año”, aseguró Moyano a quien el running lo hizo postergar su vocación musical.
“Soy baterista, también toco un poco de guitarra, piano y bajo, tuve una banda y compuse 250 canciones con letra y música, orientándome para el lado del punk rock como buen fan de Green Day”, reveló como un costado oculto este habitué del podio que anhela cruzar la meta de los 42K olímpicos de la capital japonesa.
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