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(*) por Fernando Horowitz
Género musical surgido a fines de los años sesenta en el seno de la comunidad afroamericana del South Bronc neoyorquino con figuras como Eminem; 2pac o Snoop Dogg, el RAP sintetiza Ritmo & Poesía cuya vertiente argentina nació en las plazas bonaerenses popularizándose en las redes sociales. El Hip-Hop celeste y blanco copó las 3.262 butacas del Teatro Gran Rex en la porteña calle Corrientes gracias al Cruce de Campeones, una competencia de freestyle que consagró como su número uno a Trueno ante referentes de la escena como Klan, Sony, MKS, Replik, Lit Killah, Wolf, Cacha, Katra, el español Khan, Blon, Kaiser, Rabeat, Ecko y Midel.
De la mano de la productora Club Media Network más la conducción de Underdann e Inti Rap que mantuvieron el ruido –aliento del público- bien arriba durante las tres horas y media del maratón de rap que incluyó shows musicales de Núcleo, Fianru, Comuna 4 Y Dj Mponela, estos payadores del siglo 21 compitieron micrófono en mano en dos rounds de cuarenta segundos en los que debían humillar a su oponente mediante rimas, velocidad mental e ingenio improvisando sobre temáticas elegidas al azar como tecnología, literatura, ciencia, fútbol, trabajo, arte y mitologia.
El jurado integrado por los raperos Pedro Peligro y Núcleo, más el periodista Juan Ortelli, elegía al ganador de cada contienda eliminatoria que en su mayoría se definieron con un minuto adicional de réplica a capella debido a que terminaban en empate.
Cada uno de estos jóvenes MC, sigla de maestros de ceremonia o microphone controllers, desplegó su propia personalidad escénica pero todos ratificaron que el rap argentino sobresale por su actitud, rima, flow y finales enérgicos técnicamente conocidos como punchlines.
Formado por la generación de niños y adolescentes fans de los youtubers, acompañados por padres o tíos que vieron nacer el rap de la mano de pioneros como Kurtis Blow o Run-DMC, el público también fue protagonista del espectáculo tomando partido por uno y por otro a medida que se sucedían los remates picantes criticando al adversario de turno.
La agresividad desatada en cada batalla se esfumaba de inmediato al terminar el combate con un abrazo entre ambos raperos entre los que sobresalieron Kacha, derrotado por Trueno en la final que decidió el premio consistente en el pasaje a Colombia para competir en un torneo extramuros, y Sony, acaso el más completo ya que a su manejo del ritmo le agrega dotes de showman, buena entonación y un amplio vocabulario.
Párrafo aparte para el buen comportamiento del público y los competidores que sufrieron la parcialidad inevitable del rapero Pedro Peligro que debía juzgar a su propio hijo Trueno motivando sospechas generalizadas que no eclipsaron el talento de quien finalmente ganó el Cruce de Campeones por decisión del MC Underdann .
A través del Cruce de Campeones, el rap argentino aterrizó en el escenario del Gran Rex con un show bisagra que inicia una nueva etapa en la cultura del hip-hop local cuya final 2016 del torneo El Quinto Escalón superó las 11 millones de reproducciones en Youtube, una audiencia que sigue creciendo tanto como sus artistas.
(*) por Fernando Horowitz, Editor General de Eldepornauta.com / info@eldepornauta.com
Periodista egresado de TEA y graduado de abogado en la Universidad de Belgrano (UB).
Creador de Eldepornauta.com, distinguido con dos Premios Mate.ar, el Trofeo Pierre de Coubertin 2010 en el rubro Periodista por su contribución a la difusión del atletismo argentino, el Lanín de Oro 2012 a la mejor web deportiva a nivel nacional que también fuera seleccionada por Google como proveedor de contenido periodístico.
Conductor de Eldepornauta Radio. Columnista de los programas Alcanzar La Marca de Radio Nacional Córdoba y La Isla Fitness por Radio FM La Isla.
Fue jefe de prensa del proyecto solidario Bandera al Cielo y de la compañía Soloingles.com, además de redactor especial de la revista Ciclismo XXI y el boletín electrónico Desteféfano Biz.
En las pistas es más constante que veloz, completó cinco triatlones IronMan; ocho maratones y cruzó la meta de un sinfín de pruebas combinadas para demostrar que los milagros existen.