Su habilidad en los potreros de su Arroyo Seco natal lo llevaron a debutar en primera división del fútlbol argentino con la camiseta de Newell’s Old Boys de Rosario hasta ser el delantero goleador titular de la selección juvenil que se consagró campeón mundial Sub-20 en Qatar 1995 en cuya final venció 2 a 0 a Brasil con un gol suyo. Transferido al Atlético de Madrid, su eficacia se tradujo en tres títulos, la Liga Española; la Copa del Rey y la SuperCopa. También pasó por el Mallorca; Rayo Vallecano; Sporting Gijón y el Albacete incluyendo un paso por la Premier League inglesa con el Portsmouth. Tras doce temporadas en Europa retornó al país para retirarse campeón con Arsenal de Sarandí. En diálogo con Eldepornauta RADIO, Leonardo Biagini brindó su opinión sobre la actualidad del fútbol argentino, las diferencias con la realidad europea, su emprendimiento comercial en Velas de la Ballena y su pasión por el triatlón que lo llevó a completar una prueba de distancia IronMan 70.3.
Al día siguiente de la eliminación de la Copa América del seleccionado del técnico Sergio Batista tras caer por penales frente a Uruguay, Leo Biagino fue tajante al apostar por las nuevas generaciones. “Se perdió la entidad del fútbol argentino, faltan educadores y formadores, hay que partir de las bases que son los juveniles de los clubes que deberían contratar a buenos entrenadores y profesores, no sólo de fútbol sino de todos los ámbitos de la vida, los clubes no trabajan bien y eso se refleja en la selección argentina tanto juvenil como mayor”, explicó quien también conquistó la Copa Sudamericana con Arsenal de Sarandí.
Su actualidad va más allá de una pelota ya que lleva adelante la sucursal de Velas de la Ballena en la calle Soldado de la Independencia entre Olleros y Lacroze en el barrio porteño de Las Cañitas. “Es un desafío diferente, ajeno al ámbito del fútbol en el que me moví toda la vida, tenemos productos artesanales de gran calidad y, durante la tarde, el local también se convierte en punto de encuentro de deportistas porque tenemos como clientes a futbolistas, nadadores, triatletas y corredores”.
Consultado sobre el fútbol español, recomendó seguir la escuela del Barcelona pero sin comparar al equipo catalán de Lio Messi con la selección ya que un club es diferente a un plantel nacional. “Lo importante del Barça es su permanente apuesta a un proyecto de toda la vida que lo mantuvieron a lo largo del tiempo con los éxitos que ahora todos alaban pero, en cambio, en Argentina, un día vamos para un lado y al otro cambiamos por algo totalmente opuesto sin terminar de definirnos nunca atrás de un objetivo y así caímos en los resultados negativos que todos conocemos”.
El equipo de José
Su técnico en la selección juvenil le dejó una huella imborrable que va más allá del título del mundo y que así sucedió con el resto de sus compañeros de aquel plantel que, entre otros, integraba el arquero Joaquín Irigoytía; los defensores Sebastián Pena y Juan Pablo Sorín, y los volantes Gastón Coyete y Ariel Ibagaza. “Cuando José Pekerman asumió como técnico de la selección juvenil, él no era un entrenador muy conocido pero su proyecto era muy bueno y él lo tenía estudiado en profundidad y así formó jugadores de renombre pero, con la eliminación del mundial de Alemania 2006, se le dijo adiós al proyecto Pekerman y ahí empezó todo este derrotero de un lado para el otro, cambiando técnicos, jugadores y estilo que en ningún caso dieron resultados positivos”, sostuvo Leonardo Biagini.
Fútbol argentino, pobre hincha
“Mi última temporada profesional la jugué en 2007 / 2008 en Arsenal de Sarandí y comprobé muchos de los males que castigan al fútbol argentino, me gustaría que fuese más claro y transparente pero no es así y lo sufrimos los jugadores pero sobre todo los hinchas que son los que pagan las entradas, siguen a sus equipos, alientan y se hacen malasangre”, arremetió con la mism potencia de sus épocas de artillero.
“Pasé doce años en la Liga de España y la Premier League de Inglaterran, dos países en los que había respeto de los dirigentes con los jugadores, respeto de los futbolistas entre sí e incluso respeto con los hinchas. Noté que en Argentina no era así ya que los negocios se meten en el fútbol perjudicando al jugador y al espectador que abona la entrada, esta fue una de las causas que me llevaron a retirarme”, admitió Leo Biagini que estuvo un año y medio sin realizar actividad física tras colgar los botines. Todo cambió cuando conoció el triatlón, colgándose la medalla finisher en los 113 kilómetros del uruguayo Half Triathlon Colonia. “No sabía nadar, estuve dos meses entrenando en la pileta y así debuté en un tria, me apasiona todo lo relacionado con el deporte, en febrero pasado completé el Half IronMan de Uruguay y al fin de semana siguiente corrí el olímpico de Carhué, en unos días volveré a entrenar porque estoy ilusionado con agarrar ritmo competitivo”, se despidió el Luis Enrique argentino, en alusión al delantero del Real Madrid y Barcelona que ahora, flamante entrenador de la Roma de Italia, bajó las diez horas en los 226 kilómetros del triatlón IronMan.
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