Docente de alma, trabaja a diario como profesor de inglés en escuelas públicas de La Matanza, la localidad bonaerense que lo tiene como su representante en una de las modalidades más extremas de la natación. Guardavidas de la Cruz Roja, Rubén González fue el invitado especial del programa Nº175 de Eldepornauta RADIO, por Conexión Abierta emisora de la Universidad Abierta Interamericana UAI, donde explicó como entrena para nadar desde Europa hasta África tras bracear en las gélidas aguas del Glaciar Perito Moreno y el Canal de Beagle.
Actual integrante del equipo de natación Master del Club SITAS de Palomar, a sus 35 años, Rubén González comenzó a bracear cuando era un niño de jardín de infantes al que su madre llevaba a la colonia del Club Almirante Brown al que representó a nivel federativo para después incorporarse a otras entidades como el Club Bomberos Voluntarios, Huracán de San Justo y Vélez Sársfield hasta que descubrió la natación en aguas abiertas.
“Más allá de la distancia que le guste a cada uno, el maratón acuático ofrece un contacto con la naturaleza y una sensación de libertad que a mí me atrapó de inmediato, incluso hizo que dejara un poco de lado esa cuestión estresante de estar pendiente del cronómetro, quienes recién se inician en pruebas en lagos, ríos o mares deben darle prioridad a la orientación, hay que saber mirar y detectar por donde pasa la corriente, esto se logra con experiencia pero también con tranquilidad porque, cuando uno está distentido, tiene mejor percepción y sensibilidad en el agua”, aconsejó Rubén González para quienes están haciendo sus primeras incursiones en aguas abiertas.
Un lustro después de su debut en aguas frías, aquella mañana invernal de principios de agosto en la laguna de San Miguel del Monte en la que se sumergió sin siquiera untarse con lanolina, Rubén González se consolidó como uno de los referentes argentinos en natación con temperaturas gélidas producto del deshielo.
“En el Canal de Beagle uní Argentina con Chile desde Punta Mac Kinley hasta Punta Cabo Peña en la isla Navarino con el agua a nueve grados mientras afuera hacía cuatro de sensación térmica, nadé 1.700 metros en 20m50s de los cuales los primeros cinco minutos fueron cruciales, tuve que poner la mente en blanco y enfocarme en el objetivo para no aflojar ni abandonar, por eso, desde hace tres años practico yoga porque los trabajos de relajación y visualización los traslado al agua, me hago masajes en la gargante, todo esto me sirvió mucho en el glaciar Perito Moreno”, sostuvo el discípulo de María Inés Matto, máxima especialista argentina a nivel internacional en este tipo de raids acuáticos, quien lo adaptó al clima haciéndolo nadar en una pileta con hielo.
Distinguido por el Congreso de la Nación Argentina con el Premio Islas Malvinas, Rubén González anhela ingresar al listado de nadadores argentinos que cruzaron los dieciséis kilómetros del Estrecho de Gibraltar sin traje de neoprene en julio próximo para, en noviembre de 2015, tirarse al agua en el Lago del Desierto en la provincia de Santa Cruz al cumplir medio siglo del conflicto limítrofe con Chile.
“Todas estos desafíos deportivos requieren de muchísimo esfuerzo, el mismo que pongo para reunir los fondos que me permitan solventar los gastos de traslado y alojamiento, termino agotado pero jamás se me ocurre bajar los brazos porque la natación es mi estilo de vida, es un deporte que me acompañará hasta el final de mis días y cuyas enseñanzas aplico en la vida cotidiana cuando tengo que superar tensiones o escollos que todos tenemos a diario”, detalló Rubén González, quien también organiza un torneo de natación itinerante para competir en equipos de relevos cuya primera edición tendrá lugar el próximo 22 de noviembre en la pileta del complejo polideportivo municial de la ciudad de Ushuaia en Tierra del Fuego.
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