Sus brazadas están asociadas a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 donde se colgó ocho medallas de oro batiendo el récord impuesto por su compatriota Mark Spitz en México 1968. Cuatro años temporadas después, a sus veintiséis años cumplidos a fines de junio y convertido en una celebridad internacional encandilado por los flashes que amenazaron con apartarlo de la pileta, el plusmarquista estadounidense Michael Phelps comenzó su entrenamiento específico para Londres 2012 donde deberá competir contra la nueva gran estrella de la natación mundial, el también norteamericano Ryan Lochte, sumado al regreso de su histórico rival, el velocista australiano Ian Thorpe.
Bajo la guía técnica del profesor Bob Bowman, su entrenador desde las épocas en que Phelps era apenas un adolescente cuya técnica sobresalía en los certámenes interescolares, el múltiple campeón olímpico comenzó su preparación específica para Londres 2012 con una anticipación mayor en comparación con Beijing 2008. En declaraciones formuladas a la prensa de su país, reconoció que será casi imposible alcanzar la motivación que lo impulsaba en el anterior ciclo olímpico pero que progresará físicamente hasta ser el mismo de aquel entonces.
Acerca del estadounidense Ryan Lochte, ganador de cinco medallas doradas en el campeonato mundial de pileta larga celebrado esta temporada en Shangai donde también estableció un récord sin necesidad de utilizar los ahora vetados trajes hidrodinámicos, Phelps destaco sus actuaciones incluyendo las dos pruebas en que fue derrotado por su compatriota. “Tiene un increíble afán de triunfo, es de esos adversarios que me obligan a dar lo mejor de mi mismo y así sucedidó en el mundial de Shangai cuando registré mi mejor marca personal en doscientos metros estilo libre pero él triunfó con el primer récord mundial con mallas convencionales después de diecinueve meses de prohibición de los trajes enterizos con menor resistencia al agua”, explicó Phelps considerado el nadador número uno de todas las épocas.
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