(*) por Fabiana García
Esta segunda jornada del Campeonato Sudamericano 2011 en el porteño Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) -con sol, pero frío- tuvo varios condimentos inolvidables para nuestro plantel: de punta a punta, de la generación de Juan Cerra -símbolo histórico del atletismo argentino- hasta los nuevos valores como Federico Bruno, Carlos Layoy, Román Gastaldi, Betsabé Páez y Belén Cassetta.
Vayamos por partes:
Juan Ignacio Cerra conquistó por novena vez consecutiva el título sudamericano del lanzamiento del martillo, una cifra que no tiene precedentes en ninguna especialidad en el historial de estas competiciones a lo largo de casi un siglo. Cerra inició su seguidilla en Mar del Plata 1997 y la prolongó hasta ahora, además de mantener el dominio argentino en la especialidad que se nota desde 1983.
No parecía sencillo, dado el avance del brasileño Wagner Carvalho Domingos, con sus incursiones sobre los 70 metros en los últimos tiempos. Pero Cerra impuso su fibra competitiva desde el primer disparo y toda su serie fue inaccesible para sus rivales: 70.86, 71.59, 71.61, 72.12 (marca del triunfo), 71.07 y 71.26. Wagner recién consiguió pasar la barrera de los 70 en su quinto intento (70.65), pero sin apremiar al santafesino. El bronce fue para otro de los ascendentes brasileños, Allan da Silva Wolski, con 66.85, mientras Fabián Di Paolo terminó quinto con 62.25. “El Sudamericano era mi gran objetivo de este año. No me sentía favorito, pero sí dispuesto a pelear el triunfo”, comentó Juan Cerra. Un campeón que extendió su leyenda.
Román Gastaldi, después de una brillante primera jornada en el decathlon, lo completó con 7.545 puntos, muy cerca de su mejor registro y con una valiosa medalla de plata. EL brasileño Luiz Alberto Cardoso de Araújo, con un récord personal y de campeonato (7.944 puntos), era inaccesible en el primer puesto, mientras su compañero Anderson Venancio declinó, quedando el bronce para el venezolano Jaramillo y el cuarto lugar para otro argentino, Fernando Korniejczuk.
En el saltómetro de alto, brillaron los dos exponentes locales de la nueva generación. Primero lo hizo Carlos Daniel Layoy, peleando en zona de medallas, resueltas ahora sobre los 2,20 m. (quedó tercero allí, mientras el brasileño Guilherme Henrique Cobbo se llevó el segundo puesto con esa marca). La figura del momento en la especialidad, el ecuatoriano Diego Ferrin triunfó con 2,23 (venía de lograr su récord nacional de 2,28 el domingo pasado en la altitud de Quito). Más tarde, en la prueba femenina, la juvenil Betsabé Páez también peleó en zona de medallas y su registro de 1,77 m. le valió el segundo lugar, superada sólo por la venezolana Marierlis Karina Rojas con tres centímetros más.
Otro juvenil argentino fue un gran protagonista de la jornada: el entrerriano Federico Bruno. Después de un ritmo demoledor con el que había sorprendido el peruano Cusi y que le costó el abandono, Bruno se encontró adelante a falta de una vuelta. Enfrentaba un lote de fogueados y calificados mediofondistas. Como es su costumbre, no se amilanó y decidió pelearla. Recién en la vuelta opuesta, Leandro Prates de Oliveira lanzó el ataque incontenible y sólo pudo seguirlo su compatriota y recordman sudamericano Hudson Santos de Souza para lograr el 1-2 brasileño. Bruno defendió con todas sus fuerzas el bronce en la recta final -marcó 3m47s81-, ante el acoso del chileno Leslie Encina.
También en los 1.500 metros llanos, Sandra Amarillo había logrado el bronce con 4m23s94, en una prueba donde la colombiana Rosible García triunfó por tercera edición consecutiva. Y esta buena jornada se completó con la menor Belén Cassetta, sexta en los 400 metros vallas, donde su registro de 1m01s60 mejora su propio récord nacional de la categoría.
(*) por Fabiana García
Confederación Argentina de Atletismo (CADA)
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