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Bautizado como doping tecnológico, constituye una trama para sacar una ventaja antideportiva e ilegal. En el Gran Premio de Aquitania, una carrera francesa amateur de ciclismo de ruta, un competidor identificado como Cyril Fontayne de 43 años fue descalificado y castigado con una suspensión de cinco temporadas tras descubrirse que tenía un motor oculto en el cuadro de su bicicleta.
De acuerdo a lo informado públicamente por la Federación Francesa de Ciclismo, este participante de la competencia amateur celebrada en octubre pasado en las carreteras galas de Saint Michel de Double pedaleó con una bicicleta tenía un motor eléctrico escondido en su cuadro tal como fue constatado por un control conjunto efectuado con la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje y los tribunales de Périgueux.
Las autoridades intervinientes explicaron que, en este primer caso de fraude tecnológico en el ciclismo francés, el protagonista admitió que utilizó una bicicleta que ocultaba un motor eléctrico para así obtener una ventaja ilegal sobre sus rivales de esta carrera amateur.
El operativo conjunto lo encabezó el fiscal de Périgueux, Jean-François Mailhes, quien en la seman previa había sido alertado de posibles fraudes tecnológicos.
Como antecedente por un caso similar, en abril de 2016 la Unión Ciclista Internacional UCI suspendió seis años a la campeona juvenil belga Femke Van den Driessche por incurrir en doping tecnológico sacando ventaja ilegal durante el mundial de ciclocross Sub-23.
A fines de julio pasado, la trampa llegó a la franja Master porque, en el Grand Prix de Bedizzole, una carrera amateur italiana, un ciclista de 53 años fue despojado de su medalla de bronce al comprobarse que tenía un motor oculto en el cuadro de su bicicleta.
En declaraciones formuladas al diario La Gazzetta dello Sport, el vicepresidente del Centro Sportivo Italiano, Emiliano Scalfi, confirmó que el ciclista fue descalificado por usar un motor eléctrico escondido en su bicicleta Argon 18 y que los comisarios deportivos descubrieron gracias a un escáner térmico que detecta altas temperaturas.
“Teníamos información precisa y actuamos de inmediato, el tubo del asiento parecía que se estaba incendiando, ahí estaba oculto el motor, el ciclista admitió su culpabilidad”, explicó Scalfi señalando que fue un caso idéntico a lo acontecido con la campeona belga Van Den Driessche aunque existen otros métodos más más sofisticados que se esconden en las ruedas traseras.
En la actualidad ya resulta usual que en las carreras del ciclismo profesional europea se analicen las ruedas y los cuadros de las bicicletas con una aplicación para iPad. Las dos últimas ediciones del Tour de France incluyeron a un motociclista munido de una cámara de imagen térmica aunque no detectaron ninguna anomalía.
A fines de marzo de 2016, el diario francés L’Equipe aseguró que en el ciclismo profesional se utilizarían bicicletas con motores ocultos activados automáticamente cuando el corazón alcanza el umbral máximo de esfuerzo que detecta con el pulsómetro.
Mediante una nota a doble página, la prensa gala sostiene que estos motores se esconderían en los cuadros e incluso en los bujes de las ruedas gracias a su tamaño diminuto como un pendrive USB aunque su costo resulta mayúsculo dado que rondaría los 150.000 euros.
El diario L’Equipe entrevistó al ingeniero húngaro Istvan Varjas asegurando que fabricó una docena de motores por año que fueron adquiridos por intermediarios residentes en Mónaco como una suerte de centro de distribución a los principales equipos del ciclismo europeo cuyos nombres aseguró desconocer.
“A los aficionados les costó una década creer que los ciclistas se dopaban con EPO, ahora sucede lo mismo con estos motores que se utilizan desde hace diecisiete temporadas, esto comenzó en 1998 perfeccionándose un año tras otro con los avances tecnológico que fueron incrementando la potencia y autonomía”, sostuvo el ingeniero Varjas describiendo a este implemento tan silencioso como ilocalizable.
Mezcla de sospecha con mito rutero, no es la primera vez que se habla de los motores ocultos en las bicicletas como sucedió en 2010 para menoscabar las actuaciones del triple campeón mundial de contrarreloj, el suizo Fabián Cancellara, en Flandes y Roubaix.
Sin más fundamentos que un rumor, la prensa gala también señaló que el múltiple campeón del Tour de France, el español Alberto Contador, se ponía nervioso en los controles mecánicos y no dejaba que toquen las ruedas que usa en la crono individual. Además, insistió con el inusual movimiento de la rueda del canadiense Ryder Hesjedal durante su caída en la séptima etapa de la Vuelta de España 2014.
Tags: bicicleta