Fotos: Facebook Betina Bonnin
El aislamiento preventivo obligatorio por la pandemia de COVID-19 debe cumplirse, el entrenamiento también y ella sigue adelante tal como lo hizo en el reciente Aconcagua Ultra Trail donde obtuvo la medalla de bronce corriendo 100 kilómetros en 18h53m llegando a los 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar. Arquitecta, docente e investigadora universitaria, la ultramaratonista entrerriana Betina Bonnin habló con Eldepornauta.com sobre su rutina de ejercicios caseros durante la cuarentena por coronavirus que sobrelleva gracias a la fortaleza anímica que logró a lo largo de una década en el running.
Esta mujer de 48 años, mamá de Clara y Franco de 22 y 13 respectivamente, que también se graduó con un magister den administración de empresas se inició en el atletismo de calle en 2011 para abandonar el cigarrillo. Sus zancadas dejaron atrás al tabaco, enamorándose a primera vista del trail running porque la conectaba con la naturaleza.
“Amo el verde, necesito estar al aire libre, extraño muchísimo correr en la montaña y es lo primero que haré cuando termine el aislamiento que venimos llevando bien con mi hijo Franco, ahora subo y bajo escaleras en mi casa, me armé varias rutinas que intercalo para que no se transforme en algo rutinario, llegué a completar dos horas seguidas de escaleras y siempre cargando una mochila a la que le agrego peso si camino”, explicó Betina Bonnin resaltando la importancia de la fortaleza anímica para continuar estos ejercicios en medio de jornadas que también incluye una alimentación balanceada, tiempo de estudio para su diplomatura en Liderazo y Coaching Deportivo y usar las redes sociales de forma moderada evitando caer en la adicción a la tecnología.
Entrenada a distancia por el técnico Mauricio Boletti desde Gualeguaychú, Bonnin también aprovecha para correr 7 kilómetros en una hora de ida y vuelta en una improvisada recta de 25 metros en la soledad de su garage.
“Lo troto con ritmo continúo sin buscar velocidad porque el objetivo consiste en mantenerse en movimiento y estar fuerte mentalmente como pasó en el Aconcagua Ultra Trail donde competimos 32 personas pero sólo 19 completamos los 100 kilómetros ya que hubo un 40% de abandonos”, añadió quien suele cronometrar 43 minutos para los 10K a pesar de su debilidad ósea luego de cinco fracturas por estrés en un lustro.
Con relación a su preparación para los 100K del ultramaratón del Aconcagua, aseguró que jamás realizó fondos extensos superiores a 21 kilómetros. “Hacía salidas de tres horas intercalando una de running, una de ciclismo y otra de running, o al revés pero siempre sin parar”, detalló quien compartió el tercer escalón de un podio liderado por la entrenadora mendocina María Silvina Pérez, a quien escoltó otra referente nacional como la porteña Sofi Cantilo.
“Pérez y Cantilo son dos corredoras de altísimo nivel, Sofi me arrebató el segundo lugar en el kilómetro 70 gracias a su resistencia y gran experiencia en correr en bajadas empinadas, muy técnicas, que encaró a todo ritmo, los 19 finisher dejamos todo en cada uno de los 100 kilómetros para llegar a la meta y lo logramos, esa misma actitud la aplicaremos para superar el coronavirus”.
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