Ejemplo de la importancia del deporte como herramienta que mejora la calidad de vida, fue un paladín de la bicicleta. Poseedor del récord mundial de la hora para centenarios al pedalear 22,5 kilómetros en sesenta minutos, el ciclista francés Robert Marchand falleció a sus 109 años en la ciudad de París luego de tres temporadas retirado de las pistas aunque continuaba con sus entrenamientos diarios incluso a pesar del confinamiento obligatorio a raíz de la pandemia de Covid-19.
Con cincuenta kilos repartidos en poco más de un metro y medio de altura, el plusmarquista galo había dejado la actividad competitiva ante la recomendación del médico oficial de la selección nacional de ciclismo de su país que le detectó un peligroso aumento de la presión con riesgo de sufrir una crisis cardíaca como lo informó su amigo Christian Bouchard en declaraciones formuladas al diario Le Parisien.
Con 109 años cumplidos a fines de noviembre pasado, Robert Marchand no incurrió en sedentarismo porque continuaba pedaleando de cinco a diez minutos diarios en la bicicleta fija que tenía en su casa de la localidad de Mitry Moriv, ubicada en las afueras de París, donde vive solo manejándose en forma totalmente independiente para todas las cuestiones cotidianas.
“Estoy triste porque se me terminaron las competencias de ciclismo, era mi pasión, lo único que me interesaba”, afirmó Marchand hace tres temporadas, con 106 años, en una entrevista que le realizó la emisora televisiva France Bleu.
A principios de enero de 2017 en la pista de Saint-Quentin en Yvelines situada en las afueras de París, Robert Marchand sumó una nueva plusmarca global en la categoría de mayores de 105 que la Unión Ciclista Internacional UCI creó especialmente para él ya que no había antecedentes de deportistas tan longevos arriba de la bicicleta.
En enero de 2014 sobre este mismo velódromo y con 102 años, Robert Marchand había batido el récord mundial de la hora para ciclistas centenarios al pedalear casi veintisiete kilómetros.
Así mejoró poco más de setecientos metros la plusmarca global vigente para adultos mayores de cien años que él mismo había registrado en 2012 con sus 24,251 metros que completó a lo largo de sesenta minutos en un óvalo suizo.
Con pasado de bombero y boxeador amateur, este ciclista de entonces 105 años rodó una hora en forma ininterrumpida a pesar de las molestias que sufrió en sus brazos a raíz del reuma.
“Mi regla de oro consiste en no pasarme de las 110 pulsaciones por minuto e hidratarme constantemente con agua mezclada con miel, quiero que la gente comprenda que se vive más y mejor si no se incurre en excesos y se cumple con una rutina de ejercicios físicos”, sostuvo Marchand tras someterse al control antidoping de la UCI Unión Ciclista Internacional.
“Si bien tiene una contextura física chica, apenas 1,52 de altura, su corazón la misma cantidad de sangre por minuto que la de un hombre de mayor tamaño corporal”, afirmó la piscóloga Veronique Billat, quien evaluaba a Marchand desde que cumplió cien años.
Docente de Ciencias Deportivas de la Universidad de Lille, Veronique Billat consideró que la fuerza de voluntad de Marchand resultó un factor clave para lograr sus récords de ciclismo. “Su personalidad activa lo ayudó a cumplir sus objetivos, tenía una gran determinación”.