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En el pelotón europeo se conocen con el nombre de pinganillos, son los auriculares que los ciclistas utilizan para mantenerse comunicados con su director técnico mientras compiten en carreras de ruta. Sprinters; peones y jefes de filas, todos tendrán prohibido usar este elemento de comunicación durante el campeonato mundial 2018 si prospera el planteo del nuevo presidente de la Unión Ciclista Internacional UCI, el dirigente francés David Lappartient, quien también advirtió que, a partir de la próxima temporada, implementarán un mejor sistema para detectar el denominado doping tecnológico que consiste en ocultar motores en las bicicletas.
Con relación a los intercomunicadores llamados pinganillos, Lappartient propuso prohibirlos durante el campeonato mundial de ciclismo de ruta 2018 que se llevará a cabo del 22 al 30 de septiembre próximo en la ciudad austríaca de Insbruck.
Esta propuesta generó el rechazo tanto de ciclistas como los integrantes de los cuerpos técnicos que considera que “menoscaban la seguridad en el pelotón” mientras los defensores de prohibir los auriculares alegan que las carreras se volverían más atractivas para el público porque habría más improvisación y menos especulación en el lote de punta.
“Quiero eliminar los pinganillos en el próximo mundial, los ciclistas no necesitan tanta información y sería bueno que también se redujera el uso de estos intercomunicadores en otras carreras del calendario oficial”, arremetió Lappartient, quien también pidió que se prohíba el consumo de corticoides a partir de 2019, aún en aquellos casos que su ingesta es prescripta por un médico oficial dentro de las exenciones terapéuticas que ahora contempla el reglamento vigente.
A sus 44 años, veintidós menos que su antecesor galés Braian Cookson a quien reemplazó al imponerse por 37 votos contra 8 sufragios en las elecciones celebradas a fines de septiembre pasado en la ciudad noruega de Bergen, Lappartient reiteró que su gestión se basará en reforzar la lucha contra todo tipo de accionar ilícito para obtener una ventaja antideportiva.
“Hasta ahora no fuimos lo suficientemente profesionales para controlar el fraude mecánico, tengo nueva ideas para borrar hasta la mínima duda sobre la limpieza que debe caracterizar a nuestro deporte, hay que intentar erradicar todo tipo de dopaje”, afirmó el flamante titular de la Unión Ciclista Internacional UCI.
En abril de 2016 la Unión Ciclista Internacional suspendió 6 años a la campeona juvenil belga Femke Van den Driessche por incurrir en doping tecnológico sacando ventaja ilegal en el mundial de ciclocross Sub-23 al ocultar un motor en su bicicleta tal como en julio pasado ocurrió en una categoría Master amateur donde un competidor de 53 años fue despojado de su medalla de bronce que había ganado en el Grand Prix de Bedizzole tras constatarse que tenía un mecanismo eléctrico ilícito.
Como sucedió en el caso de la ciclista Van Den Driessche, el motor estaba escondido en el tubo del asiento diferencia de otros casos más sofisticados que se esconden en la rueda trasera.
En la actualidad ya resulta usual que en las carreras del ciclismo profesional europea se analicen las ruedas y los cuadros de las bicicletas con una aplicación para iPad.
Las dos últimas ediciones del Tour de France incluyeron a un motociclista munido de una cámara de imagen térmica aunque no detectaron ninguna anomalía.
A fines de marzo de 2016, el diario francés L’Equipe aseguró que en el ciclismo profesional se utilizarían bicicletas con motores ocultos activados automáticamente cuando el corazón alcanza el umbral máximo de esfuerzo que detecta con el pulsómetro.
Mediante una nota a doble página, la prensa gala sostiene que estos motores se esconderían en los cuadros e incluso en los bujes de las ruedas gracias a su tamaño diminuto como un pendrive USB aunque su costo resulta mayúsculo dado que rondaría los 150.000 euros.
El diario L’Equipe entrevistó al ingeniero húngaro Istvan Varjas asegurando que fabricó una docena de motores por año que fueron adquiridos por intermediarios residentes en Mónaco como una suerte de centro de distribución a los principales equipos del ciclismo europeo cuyos nombres aseguró desconocer.
“A los aficionados les costó una década creer que los ciclistas se dopaban con EPO, ahora sucede lo mismo con estos motores que se utilizan desde hace diecisiete temporadas, esto comenzó en 1998 perfeccionándose un año tras otro con los avances tecnológico que fueron incrementando la potencia y autonomía”, sostuvo el ingeniero Varjas describiendo a este implemento tan silencioso como ilocalizable.
Mezcla de sospecha con mito rutero, no es la primera vez que se habla de los motores ocultos en las bicicletas como sucedió en 2010 para menoscabar las actuaciones del triple campeón mundial de contrarreloj, el suizo Fabián Cancellara, en Flandes y Roubaix.
Además, la prensa insiste con el inusual movimiento de la rueda del canadiense Ryder Hesjedal durante su caída en la séptima etapa de la Vuelta de España 2014.
Tags: ciclismo