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No es la primera vez que está implicado en un caso de consumo de sustancias ilícitas para mejorar el rendimiento deportivo, esta vez culminó con una severa sanción que, a sus 32 años, implicaría un retiro del ciclismo profesional. La Unión Ciclista Internacional (UCI) suspendió cuatro años al argentino Daniel Zamora por utilizar la prohibida eritropoyetina (EPO) según el resultado positivo que arrojó el control antidoping que se le realizó en la Vuelta a San Juan 2019 donde se consagró campeón de metas de montaña y 12° en la clasificación general siendo el mejor representante nacional en esa 37° edición.
De acuerdo a lo informado por el máximo ente que rige el deporte de la bicicleta a nivel global, el ciclista del equipo Agrupación Virgen de Fátima fue marginado de las competencias por infringir las normas antidopoding 2019 según el análisis de la muestra B, el contranálisis de la orina y sangre que le tomaron el pasado 30 de enero al culminar la cuarta etapa de la Vuelta a San Juan que unió la localidad de Jáchal con Valle Fertila a través de la ruta provincial 150.
Como antecedente en su contra, Daniel Zamora tuvo un resultado “no negativo” en un test antidopaje que le practicaron en el verano de 2014 durante la Vuelta a San Juan que, como entonces no integraba el calendario internacional de categoría UCI, no tuvo sanción tras el control efectuado en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD).
Además de coronarse rey de la montaña y ser 12° en la tabla de posiciones finales a 1m39s del vencedor, el colombiano Winner Anacona del equipo español Movistar, el ciclista sanjuanino Daniel Zamora integró el Top-5 de la segunda como la sexta etapa, logros que ahora le serían destituidos en caso de constatarse que incurrió en doping.
Entre sus resultados más recientes, Daniel Zamora ganó el Gran Premio Poncho 2016, la Doble Chepes del año siguiente y se consagró subcampeón de la Doble Media Agua además de conquistar la contrarreloj grupal del Giro del Sol más la tercera etapa del Tour de Jáchal 2018.
Surgida como una alternativa para paliar enfermedades renales o tumores cancerígenos, la EPO es un estimulante sanguíneo adoptado por deportistas de todas las disciplinas porque demora la aparición de fatiga al incrementar la concentración de glóbulos rojos para que los músculos reciban más oxígeno con la misma cantidad de sangre.
Los estudios médicos comprobaron que causa graves efectos colaterales como trombosis, obstrucción de arterias coronarias, accidentes cerebrovasculares e hipertensión que la llevaron a ser considerada como ilícita por parte de las autoridades internacionales.
A fines de diciembre pasado, la UCI confirmó la suspensión por cuatro años del campeón de la Vuelta a San Juan 2018, el jujeño Gonzalo Najar del equipo SEP San Juan, como castigo por incurrir en doping con CERA -como de denomina al EPO de tercera generación- desestimando su apelación alegando inocencia e impugnando el método de análisis.
En esa misma 38° edición cuyana, el análisis médico de Gastón Javier arrojó una muestra adversa por esteroides anabólicos androgénicos aunque el ciclista adujo que “no se encontraron sustancias prohibidas sino valores superiores en el índice de testosterona”.