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Sigue siendo noticia pero ahora pasó de la sección deportiva a las páginas policiales. Tras mantenerse prófugo de la justicia de su país durante quince días, el campeón olímpico de atletismo keniata Conseslus Kipruto fue arrestado y trasladado a los tribunales de la ciudad de Kapsabet donde se le instruye una causa penal por abuso sexual contra una adolescente de quince años de edad.
Ganador de la medalla de oro olímpica en Río 2016 gracias a sus 8m03s28 en los 3.000 metros con obstáculos, especialidad en la que también conquistó dos títulos mundiales con sus victorias en Londres 2017 y Doha 2019, Kipruto ya fue puesto en libertad condicional tras pagar una fianza de 200.000 chelines -el equivalente a 1.550 euros- y prestar declaración ante juez interviniente negando haber cometido delito alguno.
Con 58 kilos distribuidos en 1,67 de altura, Kipruto de veinticinco años es una de las grandes figuras del atletismo internacional y candidato al podio de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, un objetivo deportivo que parece lejano si se toma como válida la acusación de la fiscalía que sostiene que abusó de la menor entre el 20 y 21 de octubre pasado en la aldea de Tironin, también en el condado de Nandi.
Bajo los cargos de profanación y acto indecente con una menor, calificación legal según las normas penales de Kenia, el juicio tendrá sentencia en una audiencia prevista para el 10 de mayo próximo.
Los padres de la adolescente denunciaron su desaparición en la comisaria de la localidad de Mosoriot y, tres días después, la menor de quince años retornó a su hogar negándose a explicar los motivos de su ausencia y sin revelar donde estuvo durante todo ese tiempo.
Ante su silencio, tras revisar su teléfono celular, constataron que mantuvo contacto con el campeón olímpico y mundial Kipruto en cuya casa se habría alojado durante esos dos días.
Los padres afirman que Kipruto “deshonró” a su hija, a quien le practicaron una pericia médica en un hospital local antes de formular la denuncia por abuso sexual.