Se despidió de la capital rusa con un sabor amargo que, al transcurrir las semanas, se disipará para darle paso a un balance objetivo que podría resumirse con mucho más que la frase objetivo cumplido. Tras su histórica clasificación a la final, algo que sólo dos argentinos consiguieron en las catorce ediciones de este certamen, la representante olímpica cordobesa Rocío Comba finalizó duodécima entre las doce participantes del lanzamiento de disco del campeonato mundial de atletismo Moscú 2013 donde ayer sábado logró la segunda mejor marca de su carrera deportiva.
Dueña del actual récord femenino argentino con 62,77 metros que alcanzó a mediados de mayo pasado en Brasil, la discóbola de Río Tercero venía con el impulso anímico de la instancia eliminatoria donde ayer sábado por la mañana registró 61,54 metros que la situaron quinta de su serie y novena en la clasificación general absoluta cuyas doce mejores lanzadoras ingresaron a la final de hoy domingo en el estadio Luzhniki. En su tercer intento llegó a los 59 metros y 83 centímetros para terminar en décimosegunda ubicación.
Discípula del entrenador Daniel Mandredi y con veintiséis años recién cumplidos el 14 de julio que le aseguran varias temporadas más para seguir progresando a nivel internacional, Rocío Comba concretó su mejor resultado como corolario de una serie de resultados exitosos porque, además de la plusmarca argentina de 62,77 metros, se coronó subcampeona sudamericana en el torneo colombiano de Cartagena. Con la mira en Río de Janeiro 2016 que serían su tercer Juego Olímpico después de haber participado en Beijing 2008 y Londres 2012, esta atleta de alma y martillera pública de profesión -como ejemplo de la compabilidad del deporte de alto rendimiento con el estudio- accedió a una final de un campeonato mundial que, en catorce ediciones, sólo lograron dos argentinos como el corredor entrerriano Antonio Silio en Stuuttgart 1993 en Alemania y la bonaerense lanzadora de martillo Jennifer Dahlgren en el surcoreano Daegu 2011.
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